A pesar de que este asteroide se ha estudiado desde hace varios años, las primeras imágenes se han obtenido recientemente, así que hoy queremos contarte todos los detalles de su acercamiento a la Tierra y qué es lo que ocurriría, esperamos que nada sobre el fin del mundo ni nada parecido.

Bennu es un asteroide cercano a la Tierra, descubierto en 1999 por el proyecto LINEAR (Lincoln Near-Earth Asteroid Research). Forma parte de los asteroides Apolo, que cruzan la órbita terrestre, y tiene un diámetro aproximado de 500 metros.

La NASA ha estudiado a Bennu en profundidad a través de la misión OSIRIS-REx, lanzada en 2016. Esta sonda llegó al asteroide en 2018, cartografió su superficie y recogió muestras en 2020. Las muestras fueron enviadas a la Tierra en septiembre de 2023 para su análisis.

La elección de Bennu como objetivo se debe a su composición primitiva, que podría ofrecer información sobre la formación del sistema solar y el origen de la vida en la Tierra. Además, su órbita cercana lo convierte en un objeto de interés.

Según la NASA, Bennu tiene una probabilidad muy baja de impactar la Tierra en el futuro. Las observaciones indican que existe una posibilidad de impacto de aproximadamente 1 en 2,700 (0.037%) para el año 2182. Aunque el riesgo es mínimo, se sigue monitoreando su trayectoria.

Pero, ¿Bennu ya estuvo cerca de la Tierra?
El acercamiento más significativo de Bennu a la Tierra ocurrió en septiembre de 1999, cuando pasó a una distancia de aproximadamente 0.0147 unidades astronómicas (unos 5.7 millones de kilómetros). Se prevé que en septiembre de 2135 se acerque aún más, a una distancia de 0.005 unidades astronómicas (alrededor de 1.9 millones de kilómetros).

La misión OSIRIS-REx no solo ha proporcionado datos científicos valiosos, sino que también ha permitido probar tecnologías para futuras misiones espaciales. El éxito en la recolección y retorno de muestras sienta precedentes para posibles intervenciones en caso de amenazas reales.

Otras agencias espaciales, como la Agencia Espacial Europea (ESA), también están involucradas en estudios de asteroides cercanos a la Tierra. La misión Hera de la ESA, por ejemplo, complementa los esfuerzos de la NASA al analizar los efectos de impactos controlados en asteroides, contribuyendo al desarrollo de estrategias de mitigación.

Un dato poco conocido sobre Bennu es que su superficie está formada por rocas extremadamente sueltas y porosas. Cuando la sonda OSIRIS-REx intentó recolectar muestras en 2020, el brazo recolector se hundió mucho más de lo esperado, como si el asteroide fuera una "piscina de bolas". Esto sorprendió a los científicos, ya que esperaban una superficie sólida o compacta.

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