El hígado graso, también conocido como esteatosis hepática, es una condición en la cual se acumula grasa en las células del hígado. Una dieta rica en grasas saturadas y carbohidratos puede agravar este problema al aumentar la acumulación de grasa en el hígado, de ahí la importancia de tener una dieta adecuada.
Aunque es importante que esta acumulación de grasa no proviene solamente de la dieta, sino que puede deberse a varios factores, entre los cuales se incluyen:
Consumo excesivo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede llevar a la acumulación de grasa en el hígado, lo que se conoce como esteatosis hepática alcohólica.
Obesidad y sobrepeso: Las personas con obesidad o sobrepeso tienen un mayor riesgo de desarrollar hígado graso, ya que el exceso de grasa corporal puede afectar la función hepática.
Diabetes tipo 2: La resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2 están asociadas con un mayor riesgo de hígado graso, ya que el hígado puede producir y acumular más grasa de lo normal.
Niveles elevados de lípidos en sangre: Los niveles altos de colesterol y triglicéridos en sangre pueden contribuir a la acumulación de grasa en el hígado.
Factores genéticos: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar hígado graso.
Dietas ricas en grasas y carbohidratos: Una alimentación alta en grasas saturadas y carbohidratos refinados puede contribuir a la acumulación de grasa en el hígado.
El hígado graso puede ser una condición reversible si se identifican y se tratan los factores subyacentes, como llevar a cabo cambios en el estilo de vida, como una alimentación saludable, ejercicio regular y control del peso. En casos más severos, es importante buscar la orientación de un profesional de la salud para un manejo adecuado de la condición.
¿Cuál es la mejor dieta para el hígado graso?
Cuando se tiene un diagnóstico de hígado graso, es importante seguir una alimentación saludable que pueda ayudar en la recuperación y en la salud del hígado, tomando en cuenta que cada persona es única y las necesidades nutricionales pueden variar.
Por lo tanto, es recomendable consultar con un profesional de la salud o un dietista/nutricionista para recibir recomendaciones personalizadas sobre la alimentación en caso de hígado graso. Aún así algunos alimentos recomendados para incluir en la dieta son:
Frutas y verduras: Son ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales que pueden ayudar a proteger las células del hígado. Se recomienda consumir una variedad de frutas y verduras de colores brillantes.
Granos enteros: Alimentos como arroz integral, quinua, avena y pan integral son buenas fuentes de fibra y nutrientes que pueden ser beneficiosos para la salud del hígado.
Fuentes de proteína magra: Pescado, pollo, pavo, legumbres y tofu son opciones saludables de proteína que pueden ayudar a mantener la salud del hígado.
Grasas saludables: Aceite de oliva, aguacate, frutos secos y semillas son fuentes de grasas saludables que pueden ser beneficiosas para el hígado.
Alimentos ricos en omega-3: Pescados grasos como el salmón, la caballa y las sardinas son ricos en ácidos grasos omega-3, que tienen propiedades antiinflamatorias y pueden ser buenos para la salud del hígado.
Limitar el consumo de azúcares añadidos y alimentos procesados: Reducir la ingesta de azúcares refinados, alimentos procesados y bebidas azucaradas puede ayudar a mejorar la salud del hígado.
Además, es fundamental mantener un estilo de vida saludable que incluya ejercicio regular y evitar el consumo excesivo de alcohol para favorecer la recuperación del hígado.
¿Qué no se debe comer con el hígado graso?
Cuando se tiene un diagnóstico de hígado graso, es importante evitar ciertos alimentos que pueden empeorar la condición del hígado.
Algunos alimentos que se deben evitar o limitar incluyen:
Alcohol: El consumo de alcohol puede agravar el hígado graso y causar daño adicional al hígado. Por lo tanto, es recomendable evitar por completo el consumo de alcohol o limitarlo significativamente.
Alimentos fritos y grasos: Alimentos fritos, ricos en grasas saturadas y trans, pueden contribuir a la acumulación de grasa en el hígado. Es importante limitar el consumo de alimentos fritos, comida rápida y alimentos procesados.
Azúcares añadidos y alimentos procesados: Los alimentos con alto contenido de azúcares añadidos, como dulces, pasteles, galletas y bebidas azucaradas, pueden aumentar la acumulación de grasa en el hígado. Es recomendable reducir el consumo de estos alimentos.
Alimentos ricos en sodio: El exceso de sodio en la dieta puede provocar retención de líquidos y empeorar la salud del hígado. Se deben limitar los alimentos procesados, enlatados y salados.
Carnes rojas y embutidos: Las carnes rojas y los embutidos suelen ser altos en grasas saturadas y colesterol, lo que puede ser perjudicial para el hígado. Se recomienda limitar el consumo de estos alimentos y optar por fuentes magras de proteína.
Productos lácteos enteros: Los productos lácteos enteros, como la leche entera, el queso y la mantequilla, son ricos en grasas saturadas. Es preferible optar por opciones bajas en grasa o descremadas.
Fuente: Moctezuma-Velázquez, C. (2018). Tratamiento actual de la enfermedad por hígado graso no alcohólico. Revista de Gastroenterología de México, 83(2), 125-133.